1. Intención y Propósito

Mientras más clara sea mi intención, más poderosas serán mis acciones. Mis pensamientos forman mi mundo, a través de las intenciones construyo mi realidad.

La intención es importante, porque entre más más clara sea mi intención, más poderosas serán mis acciones. Nuestros pensamientos forman nuestro mundo, y a través de las intenciones construyo mi realidad. Si queremos cambiar nuestra realidad o mejorar nuestra vida, tenemos que tener una razón lo suficientemente grande para que nos induzca a hacerlo.

2. Construyendo las bases

Ya tienes un objetivo, propósitos y definiste tus sueños, ahora empezaremos pasito a pasito a construir las bases. Comenzaremos por nuestra autoimagen y seguiremos por nuestras creencias.  No hay crecimiento posible mientras mantengamos nuestras creencias actuales. Si una persona intenta lograr algo que está más allá de su nivel de creencia, la mente creará rápida y automáticamente ideas o razones justificando por qué no es posible hacerlo, y estas ideas continuarán fluyendo hasta que se abandone el proyecto o misión. Para cumplir nuestros objetivos y crecer, es necesario revisar nuestra autopercepción y nuestras creencias.

3. Explórate – Conócete

En estas semanas no te vas a juzgar, ni te vas a tratar de mejorar. Sólo te vas a observar, como un médico que revisa a un paciente y realiza exámenes antes de entrar a cirugía. Practica tu rol de observador y aprende a ser el médico de tu paciente. Tu paciente es tu mente y el médico es tu alma. Explórate en profundidad en tus diferentes facetas y ámbitos, con tus luces y tus sombras. Con amor, sin juzgar.

4. De qué tienes hambre

Aprende a tomar la ansiedad como una amiga mensajera en vez de como a una enemiga.  Logra diferenciar el comer emocional del hambre fisiológica. Descubre qué emociones te llevan a comer y aprende a canalizarlas.  Conecta con tus señales físicas y sutiles. Identifica aquellas creencias y paradigmas que te llevan al auto sabotaje y te impiden avanzar en tus propósitos.